Fueron semanas del llamado juicio del siglo, en las que desfilaron y declararon un sinfín de testigos contra las acciones cometidas por el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alías El Chapo. Y después de días de deliberación por parte de un jurado integrado por ciudadanos anónimos de Estados Unidos, se llegó a una conclusión: El Chapo es culpable a los 10 delitos que la Corte del país del norte de América le imputaba.
Y aunque será el 25 de junio cuando el juez Brian Cogan dicte sentencia contra el capo, se dice que el resultado será cadena perpetua y posiblemente será enviado a una prisión de máxima seguridad, en la que le resultará virtualmente imposible realizar las proezas por las que (además del narcotráfico) se hizo mundialmente famoso: escapar.

La prisión que podría convertirse en la casa de El Chapo por el resto de sus días, es la Administrative Maximum Facility (ADX), ubicada en Florence, Colorado, inaugurada en 1994 y que, desde entonces, se ha especializado en recibir a los reos más peligrosos del sistema penitenciario de Estados Unidos.
ADX Florence es conocida como el “Alcatraz de las Rocallosas”, y es un complejo de prisiones ubicado a unos 185 kilómetros del sur de Denver. La prisión está a cargo de la Agencia Federal de Prisiones de Estados Unidos y cuenta con 490 celdas de paredes de hormigón. Entre sus características están las de ser insonoras (tanto desde el interior, como desde el exterior), contar con una televisión, regadera y cama de piedra. Los reos pasan 23 horas al día confinados en ellas y solo tienen permiso de salir una hora para ejercitarse, en un patio de paredes de seis metros de altura y una estructura de hierro.

Cuenta con mil 400 compuertas de acero automatizadas, alambres de púas, cámaras de seguridad de circuito cerrado, rayos láser, perros vigilantes y 12 torres de control con francotiradores.
Entre sus reos más notables se encuentran miembros de Al Qaeda como Ramzi Yousef, Sulaiman Abu Ghaith, Mamdouh Mahmud Salim, Richard Reid y Simón Trinidad, ex miembro de las FARC. Además, en sus celdas estuvieron recluidos otros peligrosos criminales miembros de mafias italianas y grupos extremistas como Salvatore Gravano, Yu Kikumura, Viro Rizzuto y David Lane.
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